Ética
La ética es una rama de
la filosofía que se ocupa del
estudio racional de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir.1 Requiere la
reflexión y la argumentación. El estudio de la ética se remonta a los orígenes
mismos de la filosofía en la Antigua Grecia, y su desarrollo
histórico ha sido amplio y variado.
La ética estudia qué es lo moral, cómo se
justifica racionalmente un sistema moral, y cómo se ha de aplicar posteriormente
a nivel individual y a nivel social. En la vida cotidiana constituye una
reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que justifican la adopción de
un sistema moral u otro.
Una doctrina ética elabora y verifica
afirmaciones o juicios determinados. Una sentencia ética, juicio moral o
declaración normativa es una afirmación que contendrá términos tales como
“bueno”, “malo”, “correcto”, “incorrecto”, “obligatorio”, “permitido”, etc.,
referidos a una acción, una decisión o incluso también las intenciones de quien
actúa o decide algo. Cuando se emplean sentencias éticas se está valorando
moralmente a personas, situaciones, cosas o acciones. Se establecen juicios
morales cuando, por ejemplo, se dice: “Ese hombre es malo”, “no se debe matar”,
etc. En estas declaraciones aparecen los términos “malo”, “no se debe”, etc.,
que implican valoraciones de tipo moral.
Definición
y objeto
La palabra ética proviene del latín ethĭcus, y
este del griego
antiguo ἠθικός
o, transcrito a nuestro alfabeto, êthicós. Según algunos autores,
es correcto diferenciar êthos, que significa ‘carácter’, de ethos,
que significa ‘costumbre’, pues “ética” se sigue de aquel sentido y no es éste.2
Según una corriente «clásica», la ética
tiene como objeto los actos que el ser humano realiza de modo consciente y
libre (es decir, aquellos actos sobre los que ejerce de algún modo un control
racional). No se limita sólo a ver cómo se realizan esos actos, sino que busca
emitir un juicio sobre estos, que permite determinar si un acto ha sido
éticamente bueno o éticamente malo.
Fernando Savater, en el primer capítulo
de su libro Ética para Amador («De qué va la
ética»), define la ética como «el arte de vivir, el saber vivir, por lo tanto
el arte de discernir lo que nos conviene (lo bueno) y lo que no nos conviene
(lo malo)».
Ello implica establecer una distinción
entre lo que sea bueno y lo que sea malo desde el punto de vista ético, y si el
bien y el mal éticos coinciden o no con lo que serían el bien y el mal en sí.

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